martes, 19 de mayo de 2009

El escarmiento de Brown


Gordon_Brown

El primer ministro británico, Gordon Brown, prometió el pasado 17 de mayo del 2009 “investigar y disciplinar” a los diputados que han abusado del sistema de gastos de la Cámara de los Comunes. Desde que el diario The Daily Telegraph publicó en una serie de reportajes cómo los diputados británicos abusan del sistema que les permite pagar con dinero público diversos gastos personales, el escándalo está a la orden del día. Las dimisiones se han sucedido una detrás de otra y no sólo en el Partido Laborista, también en el Conservador. Efectivamente, el incidente ha salpicado a todos los partidos de la Cámara británica.

El diario conservador inglés ha desmantelado un amplio abanico de irregularidades en el seno de los Comunes: desde pagar con dinero público comida de perro hasta los 84.000 euros del ex ministro Keith Vaz por su piso de Westminster, a pesar de que su hogar se encuentra en Stanmore.

Aunque los parlamentarios tienen un sueldo de 72.000 euros anuales, esto parece ser insuficiente para ellos y sus dos residencias. Pues, tal y como establece el sistema político británico, los diputados necesitan dos domicilios: uno en Londres, donde de lunes a jueves acuden al Parlamento, el otro en su circunscripción, donde atienden a sus electores. Por esta razón, desde hace más de treinta años, tienen derecho a cobrar del Estado una parte de los gastos por su segunda residencia. Eso sí, con un límite de hasta 27.000 euros. El problema ha sido el abuso de los políticos al reclamar la devolución de unos gastos tan alejados de la actividad parlamentaria. 

Ante tal panorama político, resulta irónico las declaraciones del primer ministro: “no descarto ningún tipo de sanción”. Tal vez el dedo acusador haya olvidado que él también vive el escándalo en primera persona y no en tercera, pues cobró 9.000 euros por la limpieza de su segunda residencia en Escocia.

De todos es conocida la baja popularidad de Gordon Brown, pero ahora el barco del capitán Laborista se hunde irremediablemente con toda su flota. Está por ver si quedará encallado en el fondo de un mar político o, si por el contrario, podrá reflotar algún día.  

Pero lo más paradójico del caso es que, tras divulgarse la información del diario, las autoridades de la Cámara de los Comunes pidieron a Scotland Yard que investigue la filtración de los datos sobre los gastos de los diputados. 

Los parlamentarios, afirmó un portavoz oficial, consideran que existen "motivos razonables para creer que se ha podido cometer un delito".  ¿A qué delito se refieren? ¿Al de informar a los contribuyentes británicos de cómo se gastan el dinero público los políticos de la Cámara?

De todos es sabido que la prensa británica compra información, a veces de legalidad dudosa. Esta vez el responsable de filtrar al diario The Daily Telegraph los documentos que prueba los abusos por parte de numerosos diputados británicos, trató de venderlos antes a otros periódicos, informó The Guardian. Hace dos meses, se puso en contacto con la redacción de The Times para ofrecer los datos contenidos en un disco duro y que alguien había sustraído al Parlamento. El intermediario pidió por el material 300.000 libras, algo que rechazó el periódico. Finalmente lo compró The Daily Telegraph

Ahora el problema reside en la amonestación que puede recibir el diario por la publicación de dicha información. ¿Debe un periódico ser multado por publicar una información de interés social, político y económico? Creo que, en base el Código Deontológico, la respuesta es no. La función primera de los Medios de Comunicación es la de informar a la sociedad. Los Medios deben denunciar las irregularidades del poder, sobre todo si estas afectan de manera directa a la población. Así pues, creo que no deberían ser multados por informar del abuso de poder que ejercen los dirigentes políticos. 

jueves, 7 de mayo de 2009

Unos se van, otros se quedan

Patxi López ha cerrado una etapa de treinta años de gobierno nacionalista en Euskadi. La investidura del socialista como lehendakari no ha estado exenta de polémica. Ésta ha sido posible gracias al apoyo de su grupo, del PP y UPyD, con lo que ha sumado 39 votos, frente a los 35 que había conseguido Juan José Ibarretxe. Según el diario Gara, López ha conseguido sus objetivos gracias a la extirpación de una parte del cuerpo electoral, anulando el voto de 100.000 personas y al sistema de 25 escaños, pues no tiene la mayoría en las urnas.


Juan José Ibarretxe, que ha hecho pública su intención de dejar la política, ha dado por hecho que las decisiones del nuevo gobierno vasco se tomarán en las ejecutivas del PSOE y el PP en Madrid y reiteró una y otra vez que López será lehendakari en contra de la voluntad de la mayoría del pueblo vasco. "No es un acuerdo para construir, sino una cruzada para destruir", sentenció Ibarretxe, que situó el origen del pacto PSE-PP en 2001 con Mayor Oreja y Nicolás Redondo al frente de socialistas y populares en Euskadi.


A su vez, los diarios Gara y Berria han publicado su descontento con las primeras palabras del candidato del PSE que han sido para mostrar su “alegría” por la exclusión de la izquierda abertzale y ha pedido el apoyo de los partidos para alcanzar “la paz con generosidad, pero sin precio político”. Partidos como el PP, que ha garantizado la “lealtad” a Patxi López. Así pues, la respuesta de la oposición no se ha hecho esperar, y han tildado la unión de “frente españolista”.


No sólo las voces vascas se han alzado contra esta situación, también lo han hecho las de Artur Mas o Josep-Lluís Carod-Rovira. Mientras el primero opina que “se da la paradoja de que, desde 2004, el Partido Socialista ha conseguido lo que el PP de José María Aznar no pudo hacer: desalojar de los gobiernos de Euskadi y Catalunya a los nacionalistas”. El segundo calificó el “inédito y hasta ahora insólito” pacto en el Parlamento vasco entre PSE y PP como la culminación de “la cruzada españolista” del ex presidente del Gobierno José María Aznar.


Así pues, en este enmarañado contexto político, resulta irónico que un periódico de referencia como El País siga apoyando incondicionalmente al nuevo lehendakari. Mientras el día de la investidura, esto es el 05 de mayo del 2009, La Vanguardia titulaba en portada “Patxi López pone fin a treinta años de poder peneuvista gracias al PP”, El País tituló en portada “Patxi López ofrece un cambio histórico y sin división en Euskadi”. Nada más lejos de la realidad. No por lo del cambio histórico, sino por la afirmación de que dicho cambio no representa división alguna.


Aunque de todos es sabido que los medios de comunicación son órganos politizados, aquí El País ha ido demasiado lejos. Los medios deben informar a la sociedad de la manera más objetiva posible. Aunque esto raras veces se lleva a la práctica, los lectores de cada diario ya saben las tendencias ideológicas del medio escogido, y lo aceptan. Pero siendo yo misma lectora de El País, mi indignación es mayor al leer susodicha portada. ¿Cómo un diario puede tergiversar tanto la realidad de una información en pro de su ideología? Una cosa son las afinidades políticas, y otra perder de vista el objetivo principal del periodismo: informar.


Inmersa en mi indignación, espero impaciente los titulares del día siguiente, el 06 de mayo del 2009, una vez que Patxi López ya ha sido investido lehendakari gracias a la Ley de Partidos y al PP. Esta vez comparo los titulares de dos periódicos totalmente opuestos ideológicamente: EL País y Gara. Mientras el titular del primero se felicita con un titular a cinco columnas: “Lehendakari Patxi López” (sólo faltan los aplausos de fondo), el diario nacionalista titula: “Patxi López culmina el asalto de Madrid a Ajuria Enea y cierra la carrera política de Ibarretxe”. Dos puntos de vista opuestos. Aunque el segundo es mucho más radical, su esencia es más real que la de El País.


Ya por último, resaltar que la portada de El País exalta que “López logró 39 de los 75 votos de la Cámara, la tercera mejor votación en las nueve investiduras celebradas desde 1980”. Tal vez se olvidan mencionar que el PSE-EE logró 25 votos frente a los 30 del PNV y que, gracias a los 13 votos del PP obtuvieron la mayoría absoluta. Eso lo dejan para las páginas del interior.